Las mujeres cubanas y un ejemplo al azar: Adela

Cariñosas, amables, dispuestas, trabajadoras, bonitas, inteligentes... vamos, nuestras madres y hermanas  de toda la vida.

No hay un adjetivo calificativo positivo que no se le pueda aplicar a las mujeres cubanas. Tal vez el único lunar que se les pueda descubrir es que tienden a ser un poquito más celosas que el resto de las mujeres si las comparamos con las mujeres de otras latitudes. Pero hasta este lunar se les puede disimular ya que los hombres cubanos por regla general no suelen ser precisamente muy virtuosos: ven a una mujer -no todos por cierto- y ya la están radiografiando de cintura para abajo.

En mis muchos años de viajes a la Isla Grande del Caribe conocí a muchísimas mujeres y en ningún caso puedo decir que las haya visto diferentes a las del resto de los muchos otros países por los que he viajado. 

Que en Cuba hay jineteras pues si, como en España hay putas y en el resto de los paises -según anden sus economías- hay más o menos obreras del sexo. 

Otra circunstancia muy particular es que en Cuba se están pasando necesidades hasta donde no se puede hacer uno idea y una madre ante necesidades tan extremas es capaz de cualquier cosa antes de que se le muera o pase necesidades un hijo. Y el turismo sexual conocedor de estas calamidades se aprovecha hasta donde uno no puede imaginar. Un ejemplo extremo: https://cuba-periodo-especial.blogspot.com/2022/07/el-ciego-de-jaen-alucina-palmiche.html

También están los portentos de la naturaleza como Alicia Alonso...


Con Alicia Alonso disfruté mesa y mantel en Madrid y conocí su lado humano, cuando aún bailaba y ya estaba totalmente ciega; muy distante de su lado divino -diosa con todos sus atributos-... más detalles en este mismo blog: https://cuba-periodo-especial.blogspot.com/2020/07/alicia-alonso-una-abanderada-de-fidel.html )


OTRO EJEMPLO REAL

Desde La Habana a Angola y vuelta a la isla para finalmente emigrar.


Adela es una mulata de lo más inteligente. Ya desde pequeñita fue bien educada por su mamá y su abuelita en el trabajo y en el estudio.
Su padre es un negro prieto –un negro betún decía un amigo mío, negro él- que pronto las abandonó a ella, a sus hermanas y a la mamá. La excusa para el abandono fue que no le habían salido tan prietas como él. Es más, una de las 3 hijas le había salido blanquita como su mamá y eso no se lo perdonó nunca y se convirtió en la principal causa del abandono del hogar.
Adela, la mayor de las tres hermanas, salió buena estudiante, obediente,  trabajadora y buena revolucionaria según los cánones de la revolución de Fidel Castro. 

Primero estudió agronomía para así ayudar a su Cuba natal en los campos de la caña de azúcar, que por aquel entonces era la principal industria nacional heredada de la época en que los americanos mandaban en la Isla Grande el Caribe.

Su primer desamor la llevó a dejar la industria del azúcar y dedicarse a la docencia. Se especializó en educación infantil hasta que le llegó el segundo desamor y por amor nuevamente se enroló en las tropas que viajaron a Angola en la Operación Carlota -Carlota fue una esclava negra lekumi de Matanzas (Cuba)-. Aprovechó su estancia en el país africano –en un destacamento de apoyo logístico, no en primera línea de combate- para cultivar sus artes amatorias ya que a los soldados que tenían pareja les facilitaban la intimidad de un apartamento privado, no los barracones de la tropa. Su estancia en Angola no duró más de un año porque recibió amenazas de muerte de angoleños a los que les molestaba la presencia de cubanos en su país. También fue razón de peso el estar embarazada y querer ir a ser madre en su propia patria.
De vuelta a la Isla de Cuba parió a su primera hija fruto de su amor en la guerra de Angola y ahí llegó su tercer desamor. El padre de su hija la abandonó. Muchos cubanos no suelen ser muy fieles a sus parejas, será cuestión del clima.

Ella, Adela que no era muy cristiana pero sí creyente, tal vez por la influencia de su madre y de su abuelita española y debido tal vez a sus raíces africanas, -su padre era negro betún- decidió hacerse santa de la religión afro-cubana y ahí la tienes presumiendo de su diploma de santa. Esto no quiere decir que sea santera de la forma que se nos ha transmitido el tema de la santería superficialmente. Tiene su santo y cree en sus bellezas y le pone flores y le decora su altarcito en una esquina de su casa.

Esta bonita mulata, además de inteligente, trabajadora y culo inquieto, no podía estar mucho tiempo sola con su hija y decidió tener una nueva pareja de la que florecieron dos preciosas mulatas un poquito más claras de piel que ella. Y fue en esta época en la que decidió hacerse experta en Tai-chi. Disciplina en la que sobresalió –como en todo lo que iba haciendo en su vida- y así lo acredita su nuevo diploma internacional.

A la vez que cuidaba de sus tres retoños mulatas y les daba la mejor de las educaciones posibles en la Isla de Fidel, a Adela le dio por estudiar esperanto y aquí la tenemos abandonada nuevamente por el padre de sus dos últimas mulatas y con un nuevo diploma internacional en idioma esperanto y un libro de cuentos escrito en el mismo idioma.

A estas alturas de su vida -la menor de sus retoños ya tieen 30 años- con sus tres descendientes encaminadas profesionalmente en sus vidas dejó de creer en la religión de Fidel Castro, la revolución. Se planteó abandonar la patria de su revolución de juventud y aprovechó una salida auspiciada por la Federación Internacional de Esperanto para volar a Europa y dejar atrás su pasado. Esto le supuso una nueva vida llena de sinsabores pero que no eran nada comparados con las carencias del periodo especial de la Isla de Cuba y de la revolución de Fidel, el Ché y adjuntos correligionarios.

Tras un largo periplo lleno de calamidades y penurias consiguió llegar a España después de haber probado suerte en Alemania, Suiza, Francia e Italia con sus contactos del esperanto. Siguió con sus penurias ya en España… En una parroquia de Vallecas-Madrid-España durmió en el suelo de una sacristía a cambio de trabajar de voluntaria en la cocina y la limpieza de los recintos parroquiales y así conseguir empezar a comer. Aquí en este lugar amplió sus títulos: se bautizó en la religión católica, se confirmó y tomó la sagrada comunión.
En la actualidad, con un trabajo de limpiadora a media jornada y otros de interna cuidando ancianos, en tres años ya ha conseguido traerse a sus tres retoños mulatas para España…

Yo pensaba que este ejemplo era una excepción pero hablando con un amigo nacido como ella -y mas o menos de su edad- en la Isla grande del Caribe me comentaba: es incontable el número de Adelas cubanas que andan por el mundo...




(cont...)



continuará....

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