El arte de manejar 13 novios oficiales en tiempos dificiles como el "periodo especial"...

 "No es fásil, mi helmano".

Eran tiempos muy difíciles -hoy lo siguen siendo- para todo el mundo en la Isla Grande del Caribe. Fidel ya no contaba con la "sopa boba" de los rusos para seguir alimentando al personal. ( https://cuba-periodo-especial.blogspot.com/2020/06/el-milagro-de-fidel-los-panes-y-los.html )

Por muy bucólica que parezca la imagen de una hermosa campesina cuidando de las plantas de tabaco más famosas del mundo, ella no se imaginaba en esa fotografía. Ella había nacido para metas más altas. Aunque en ese momento no las tenía muy definidas y tampoco sabía como lo conseguiría. Pero los sueños sueños son y a veces -pocas- se convierten en realidad y ella tenía los dedos cruzados a diario para que se hiciesen realidad.

Pinar del Rio era una ciudad pequeña desde donde ella no se podía proyectar al mundo. Ella para todos sus amigos y conocidos en su ciudad/pueblo era la hija de "el Capitán". Esta circunstancia tenía su alma encarcelada. Sus alas mentales ya hacía tiempo que la volaron y la ubicaban en La Habana como primer escalón para conquistar el mundo.

No tardó en convencer a su mamá, ex de "el Capitán" para emigrar a La Habana. Sin su mamá ella bien sabía que el "Capitán-pincho" no la dejaría salir de su jaula pinareña. Por otra parte a la mamá también le vino bien emigrar a La Habana aunque fuera para ejercer de alcahueta de su hija. La mamá fue la que descubrió que su hija era tan linda que no podía tener un novio solamente. La alcahueta estaba feliz de que su hija coleccionase 12 novios -uno para cada mes- más uno de repuesto por si uno de los doce oficiales fallaba un mes y sus ingresos no llegaban.

Juntas mamá y el retoño con 18 primaveras recién cumplidas hicieron las maletas y partieron para La Habana donde ya tenían esperándolas a la hermana mayor, recién casada con Fredy, amigo de Palmiche.

La muchacha pinareña recién llegada a La Habana en pleno "periodo especial", https://cuba-periodo-especial.blogspot.com/2020/04/nulbis-y-sus-13-novios.html tenía todo muy claro a largo plazo. Sabía que tenía que utilizar sus encantos de mujer especial para las relaciones personales. En esto estaba bien entrenada a pesar de sus solo 18 abriles recién cumplidos. De su padre había aprendido a ser un líder: gran "pincho" en una de las provincias más prósperas de la isla, Pinar del Rio. De él había heredado los genes de gran galán al que no se le resistía una hembra por muy encopetada y protegida que esta pudiera estar. Y ella no iba a ser menos utilizando las mismas armas tan poderosas de su padre pero desde el otro sexo. Sus armas de mujer y sobre todo bien centrada y engrasada de cintura para abajo iban a ser una mina de oro. Con la ayuda de esas coordenadas a ella no se le iba a resistir un hombre al alcance de su mano. Era como jugar una partida de naipes con las cartas marcadas en su mano.

Tenía Nulbis -así se llamaba la pinareña- un olfato especial para ver de antemano los peligros, que en la Isla de Fidel te acechaban en cada esquina y más en el justo momento en el que te veían tratar con extranjeros. Las enseñanzas de su padre, sin que él se diera cuenta, le dieron el conocimiento -calificación con sobresaliente- para diferenciar a las personas normales de los chivatos, a los sobornables de los no sobornables -de estos casi no existían-, a los de la seguridad, a los del PCC... En fin a todo el personal con el que se iba a relacionar a diario. Y si algún día necesitaba alguna ayuda especial para eso tenía a su madre, la ex del gran "pincho" de la provincia del tabaco de la que también había heredado herramientas para hacerla triunfar en su carrera.

Ciertamente no era una tarea nada fácil y si muy cara por cierto. Porque para conseguir sus objetivos compraba favores a todo el mundo, -amigos, conocidos, familiares, compañeras/os de estudios y de "trabajo" o profesión -llámalo como quieras-, vecinos, custodios, chivatos de la cuadra...- pero todos cobraban sus servicios y estaban deseando entrar en acción.  todos estos componían "su empresa". Y cobraban bien y a tiempo para que el negocio funcionase a la perfección. Era como una gran empresa mantenida por una empresaria con un cerebro privilegiado para los negocios y una máquina de hacer billetes -nunca en moneda nacional, siempre en USD o Euros- en sus partes físicas nobles. 

La buena moza tenía un trato muy agradable y campechano que hacía imposible no ser su amigo y terciar en sus negocios y además pagaba bien y en dólares americanos y más tarde también en euros que eso es un plus en la Isla Grande del Caribe. Bien entendido que los que pagaban eran sus novios. 

Lo cierto es que su belleza y atractivos físicos eran tan deslumbrantes que se podría pagar para estar a su lado. Algunas de sus amigas lo sabían y lo disfrutaban a su manera...

Como arma de trabajo, hasta se permitía tener en nómina a un homosexual al que "mantenía de marido cubano" -con toda su documentación falsa en regla y en vigor-. El "marido maricón" era también un adonis, a la altura de la belleza de su "esposa cubana". Este cumplía con sus quehaceres a las mil maravillas para tener vía libre por donde quiera que rondasen,  sobre todo en los hoteles de lujo en los que la seguridad del estado, los custodios y los chivatos estaban en todas las esquinas. La pareja era digna de posar para las cámaras más exigentes del planeta y amantes de la belleza.



continuará...





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