Entradas

Mostrando entradas de noviembre, 2020

¿Qué hora es?

Imagen
Conociendo mundo. Ejemplos típicos y atípicos en La isla de Cuba. De la única forma que conoces una ciudad es caminando por la misma. Paseando por todas sus calles y por todos sus rincones. Preguntando a los viandantes que te vas encontrando y que te parezcan ciudadanos del lugar.  Recuerdo un día que paseando por la plaza que está justo frente al Palacio de los Capitanes Generales en La Habana Vieja, Plaza de Armas creo recordar que se llama,  se me ocurrió preguntarle a un viandante con pinta de "sabio" el porqué de aquellos adoquines de madera justo delante de la entrada del palacio.  Tuve la gran suerte de dar con la persona adecuada y me ilustró con todo tipo de detalles no solo de los adoquines sino del palacio que teníamos justo enfrente. Aquella información que tan cariñosa y amablemente nos regaló el amable cubano fué como si nos hubiese tocado la lotería. Lo relataba el buen cicerone como si lo hubiese vivido o como si nos estuviera dando una lección un buen profeso

Cómo comprar al chivato de la cuadra.

Imagen
El informador de la cuadra. Este era el nombre que oficialmente se le daba a la persona que se encargaba de pasar toda la información de su zona de influencia al gobierno, a través de los representes del PC. A nivel popular todo el mundo sabía que eran los soplones que a cambio de favores del gobierno tenían a este bien informado de lo que sucedía en la cuadra o en el reparto.  Quien de todos estos es el "chivato" de la cuadra? En La Habana durante el dominio del castrismo que es lo mismo que decir durante el mandato del partido comunista de La Habana, el control de la gente empezaba por la información a pie de calle que hacían los informadores/as -chivatos/as- de la cuadra. Los soplones de toda la vida. Pero estos lúgubres personajes tenían e imagino que siguen teniendo las mismas necesidades que el resto de la población. Y además eran fácilmente identificables. Todo el mundo sabía quienes eran. Se sabía dónde vivían y de qué pie cojeaban.  Estos miserables chivatos sabían c