¿Qué hora es?

Conociendo mundo.

Ejemplos típicos y atípicos en La isla de Cuba.

De la única forma que conoces una ciudad es caminando por la misma. Paseando por todas sus calles y por todos sus rincones. Preguntando a los viandantes que te vas encontrando y que te parezcan ciudadanos del lugar. 

Recuerdo un día que paseando por la plaza que está justo frente al Palacio de los Capitanes Generales en La Habana Vieja, Plaza de Armas creo recordar que se llama,  se me ocurrió preguntarle a un viandante con pinta de "sabio" el porqué de aquellos adoquines de madera justo delante de la entrada del palacio. 

Tuve la gran suerte de dar con la persona adecuada y me ilustró con todo tipo de detalles no solo de los adoquines sino del palacio que teníamos justo enfrente. Aquella información que tan cariñosa y amablemente nos regaló el amable cubano fué como si nos hubiese tocado la lotería. Lo relataba el buen cicerone como si lo hubiese vivido o como si nos estuviera dando una lección un buen profesor de historia.

Y cuando pisábamos aquellos centenarios adoquines de madera era como si estuviéramos pisando siglos de historia. El buen señor que tan amablemente nos atendió, me enteré en nuestra despedida, era Eusebio Leal (*). Luego supe que Eusebio Leal era el historiador de la ciudad y el que dirigió la restauración de La Habana Vieja, con extraordinarios resultados y con la ayuda de los fondos de la Unesco. 

Mapa de la zona en La habana Vieja, marcando la ubicación del Palacio de los Capitanes Generales

Pero esta es la excepción que confirma la regla en La Habana. Normalmente son miles de habaneros los que te ven con pinta de extranjero y se ofrecen a hacerte de guías o a facilitarte cualquier información o a resolver cualquier necesidad que puedas tener. Son profesionales de la información interesada.

Es muy habitual que comiencen con una pregunta sencillita que te hacen muy educadamente: ¿qué hora es?. ¿Podría decirme el señor/a qué hora es?

Desde el mismo momento en el que les contestas, contestes lo que contestes, ya se consideran con todo el derecho del mundo a seguirte y a seguir preguntando: Nacionalidad, parentesco, edad, amores, procedencia, por los hijos, por la esposa/marido, tu gusto por la comida, por la bebida, por tu cariño hacia los cubanos y con un poco de suerte -de repente- hasta podéis ser primos lejanos...

La segunda parte de la conversación ya va por el lado del comercio. Te ofrecen de todo, lo primero habanos y ron y a partir de ahí ya te ofrecen su casa, su amistad, su "todo". Se ofrecen como "hermanos" para protegerte y enseñarte la ciudad o toda la isla si es preciso. Los más descarados -que de todo hay- te ofrecen servicios ya más indiscretos como la amistad de alguna amiga/o para mejor llevar el clima de la ciudad y otros servicios de todo tipo que sería muy largo de relatar.

Lo más habitual es que también quiera venderte algo, una entrada para algún local, puede ser algún objeto y lo más corriente es que sean los favores sexuales de él o ella mismos o de una amiga o un amigo que tiene una hija muy enferma, a punto de morir.

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continuará...





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