Cómo comprar al chivato de la cuadra.

El informador de la cuadra. Este era el nombre que oficialmente se le daba a la persona que se encargaba de pasar toda la información de su zona de influencia al gobierno, a través de los representes del PC. A nivel popular todo el mundo sabía que eran los soplones que a cambio de favores del gobierno tenían a este bien informado de lo que sucedía en la cuadra o en el reparto. 

Quien de todos estos es el "chivato" de la cuadra?

En La Habana durante el dominio del castrismo que es lo mismo que decir durante el mandato del partido comunista de La Habana, el control de la gente empezaba por la información a pie de calle que hacían los informadores/as -chivatos/as- de la cuadra. Los soplones de toda la vida. Pero estos lúgubres personajes tenían e imagino que siguen teniendo las mismas necesidades que el resto de la población. Y además eran fácilmente identificables. Todo el mundo sabía quienes eran. Se sabía dónde vivían y de qué pie cojeaban. 

Estos miserables chivatos sabían con quién se relacionaba cada vecino, quien llegaba a tu casa, a que hora y cuánto tiempo estaban en ella. Sabían a qué hora salía la visita y en qué condiciones. Eran tan descarados que seguían tus movimientos igual que lo hace un perro callejero que mendiga una caricia sabiendo que algo le puede caer. Y si se te ocurría preguntarles porque te seguían lo más normal es que te contestaran que eran los custodios de la cuadra, los policías de la cuadra, los guardianes de la revolución en la cuadra nombrados por el mismísimo gobierno de Fidel.

Las personas que no querían pasar por el control del chivato de la cuadra sabían que tenían que pagar un varo y el chivato se hacía el ciego y no veía nada. Todos tenemos un precio y el chivato de la cuadra es el primero que lo necesita.

Mi amigo Fredy acostumbraba a utilizar su tipo de varo. Fredy tomaba una botella de ron y le descargaba un buen trago al chivato de turno y se encargaba de que se lo tomase delante de él para que se fuese relajado a la cama o a la casa y allí permaneciera anestesiado durante unas horas.

Las jineteras y los jineteros pagaban su "varo" en dinerito y "ya tú ves, ya tú no ves". 

Los "pinchos" de la cuadra -si los había- tenían vía libre y además si lo solicitaban, tenían toda la información del soplón a su disposición.

Recuerdo una noche que celebrábamos un cumpleaños y que la "bulla" que hacíamos era de las que despierta a toda la vecindad; pues nada, la fiesta comenzó emborrachando a la chivata de la cuadra y cada media hora más o menos cantábamos el cumpleaños feliz. Estábamos como 40 personas aparte de los 5 músicos que contratamos. La fiesta duró más de 24 horas y la pila de botes de cerveza vacíos era de más de un metro de altura. Hasta que no se acabaron la bebida y las tartas/tortas la fiesta no terminó. Por allí pasaron personajes como Nulbis, Palmiche, la muchacha del catecismo, "pinchos" de los legales, de los que no son buena gente...


continuará....

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