El Rey Vallecano de La Habana
Andanzas del Caye encuadernador de profesión en La Habana de Fidel.
Caye era encuadernador de profesión. Trabajaba mucho para un cliente que a
su vez hacía trabajos de imprenta como intermediario para instituciones
oficiales de la Isla de Cuba. Este cliente de Caye también les vendía a los
cubanos otros muchos artículos como por ejemplo Mercedes rescatados de la
chatarra en Alemania que embarcaba en contenedores para la Isla. El negocio era
bueno porque solía vender basura a precio de oro aunque a veces se le iba un
pico en mordidas.
El cliente, que era además amigo personal de Caye, un
buen día vio la chatarra que Caye estaba arrinconando, ya que este estaba
actualizando el taller y le propuso: "todo esto para Cuba". Se cuadró
el negocio de inmediato y Caye no lo pensó dos veces y a los contenedores y
para Cuba. La chatarra era una plegadora alemana con más de 40 años de servicio
en España que ya Caye había comprado de segunda mano a una empresa que
importaba máquinas de imprenta desde Alemania en tiempos de Franco.
La condición era que a los cubanos había que dejarles
la maquinaria funcionando para terminar de cobrar, a lo que Caye asintió porque
eran todos esos hierros que no se rompen nunca y que él con sus propias manos
había montado y desmontado cientos de veces.
Esas viejas máquinas, alemanas de origen, solo tienen
un problema. El problema es que necesitan mucha mano de obra y que son poco
productivas. El problema estaba resuelto en Cuba: exceso de mano de obra barata
y poco trabajo para las máquinas de encuadernar que les vendía Caye.
La segunda parte fue que Caye en Vallecas nunca había
visto una mulata. Llegó a La Habana y todas las mulatas en Cuba le amaban y él
-gran macho ibérico donde los haya- no podía defraudar a ninguna.
Y tanto se aficionó Cayo a La Habana y a sus mulatas
que montó y desmontó aquella maquinaria-chatarra tantas veces en el taller de
Cuba que hasta los torpes y vagos operarios cubanos que eligió él mismo entre
los protectores de sus mulatas, se conocían las máquinas de memoria como si
hubieran sido amigas suyas de toda la vida o ellos mismos las hubiesen
inventado aunque tuviesen patente alemana, ya caducada por cierto de lo viejas
que eran. Ese colectivo de cubanos protectores o representantes informales de
las mulatas eran vagos hasta límites insospechados pero no eran tontos por lo
que se hicieron fácilmente con el trabajo. Este colectivo pertenecía a la
generación que olvidaron que en la vida para comer hay que trabajar duro;
pertenecían a la generación que Fidel Castro alimentó con la sopa boba que le
enviaban los rusos. Aparte tenían el extra de las invitaciones a unos buenos
tragos que Caye les obsequiaba a diario, razón que ayudaba a que se aplicasen
especialmente. Caye sabía muy bien como engrasar a la “maquinaria humana”, comenzando
por él mismo como ejemplo.
Las mulatas consiguieron que Caye al que apodaban
"El Rey Vallecano de La Habana" prolongase su estancia en la isla por
tiempo casi indefinido.
Caye disfrutaba de una buena salud económica gracias a
un golpe de buena (*) suerte que le había dado la vida y por esta razón se
podía permitir el lujo de permanecer en la Isla de Fidel disfrutando de los
mejores hoteles y teniendo a su alrededor un enjambre de mulatas a diario.
Lo que le reportó el negocio se lo gastó cien veces en
mulatas y ron.
Total, que Caye se aficionó a La Habana hasta que tuvo
que darle la alternativa a su hijo Cayito porque aquello se le iba de la mano y
tenía miedo de morir tísico o de cirrosis hepática ya que no era sangre sino
Habana Club lo que corría por sus venas.
Y como de tal palo tal astilla Cayito tomó el relevo
de su progenitor por una temporada y cayó en la mismísima rutina de su padre.
Heredó el puesto de asesor de la puesta en marcha de las chatarras y a la vez
heredó las mulatas de su padre y algunas más porque era más joven y también se
hizo cliente vip del Habana Club. Él no era el rey era el "Principito
Vallecano de La Habana".
(*) antecedentes de "El Rey Vallecano de La Habana"
https://cuba-periodo-especial.blogspot.com/2020/07/jineteras-jineteros-y-jineteando.html
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