Alicia Alonso, una abanderada de Fidel Castro en el mundo

Alicia Alonso, abanderada de Cuba en el mundo



Alicia Alonso y la compañía fundada por ella fueron -aún en tiempos difíciles como los que atravesaba Cuba durante los últimos años de la vida de la diva- un referente mundial en el mundo del Ballet clásico.

La compañía generaba ingresos de divisas para la Isla en los varios tours que el  Ballet Nacional de Cuba realizaba anualmente a diferentes partes del mundo y por esta razón era un buque insignia en la Cuba de Fidel.


Aunque cada vez que salía de Cuba con la compañía algún bailarín desaparecía. Era una constante.

Por razones que no vienen al caso en este momento, cada vez que Alicia Alonso viajaba a Madrid a la cabeza de su compañía "El Ballet Nacional de Cuba" me llegaba a casa una invitación para asistir a la gala de inauguración de la temporada. Su jefa de relaciones públicas se encargaba.


La Alicia Alonso Humana.

Este detalle me llevó un día a preguntar a su abogada -la abogada del Ballet y mano derecha de Alicia Alonso en muchas cosas de la diva, -su mano izquierda y su bastón era su marido Pedro- si no sería muy osado por mi parte invitar a la Prima Ballerina a almorzar en uno de sus descansos en la cátedra Alicia Alonso que dirigía en la Complutense de Madrid. 

La abogada, Reina se llamaba, me confirmó la cita que la diva me agradeció con cariño y me los llevé -a Alicia A. y a su marido- a almorzar.

Durante el almuerzo pude confirmar que A. Alonso solo veía sombras desde hacía ya mucho tiempo. Aun así –no solo ciega sino rozando los 80 años de edad- era capaz de salir a un escenario a bailar majestuósamente siempre bajo el cuidado admirable de alguno de sus bailarines estrella.

De ese almuerzo es de donde me vienen los recuerdos de como la Prima Ballerina era humana. Tomaba la copa que le acercaba Pedro, su marido. Después la movía como hacen los grandes sumilleres. La acercaba a su nariz y olía profundamente el vino antes de llevárselo a la boca pausadamente para paladearlo igualmente como hacen los super profesionales.

Esta vez era la Alicia humana capaz de disfrutar de un buen vino, una comida, una sobremesa y un chupito de añejo cubano. 

También me confesó su amor declarado a la tortilla española aunque su plato favorito era la "ropavieja" cubana.


La Alicia Alonso Diva.

Era la segunda vez que yo estaba sentado frente a la diosa del Ballet. La primera vez fue presenciando un ensayo del Ballet Nacional de Cuba en La Habana. Esa primera vez dirigía de oído ya que solo veía sombras chinescas y se respiraba lo electrizante del ambiente. 

Adivinaba hasta el más mínimo detalle de lo que estaba pasando en el ensayo. Era como un sargento de hierro entrenado a su tropa con una dosis de "malas pulgas" tremenda. No perdonaba nada. Era la Alicia dura, odiada y perfeccionista. Esta vez no era la Alicia humana capaz de disfrutar de un buen vino, una comida, una sobremesa y un chupito de añejo cubano. 



Los ensayos del Ballet Nacional de Cuba eran como los de una compañía militar en la que solo vale la perfección total. Por supuesto que con el sello personal que todos los líderes otorgan a su trabajo. Con toda la disciplina y rigor que en los últimos años de su vida solo percibía por el oido. 



Políticamente, en público, se declaraba enamorada de Cuba. A nivel personal era una privilegiada del régimen castrista, aunque no hacía gala de ello. Pero cuando hablaba de Fidel Castro, las pocas veces que lo hacía le brillaban los ojos de una forma muy especial que la delataban.
Fidel era muy amigo de sus amigos y sobre todo de los amigos que le proporcionaban divisas como era el caso de Alicia Alonso.
Foto: Gran Teatro Alicia Alonso en La Habana-Cuba, rebautizado con el nombre de la diva.





continuará...




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