La Tasca, la mayor concentración de jineteras por metro cuadrado de La Habana
La Tasca (*), era en aquella época la mayor concentración de jineteras por metro cuadrado de La Habana según me dijo mi amigo Fredy. Él, al contrario de los que no éramos cubanos sabía distinguir a las jineteras de las que no lo eran.
Lo cierto es que a Fredy le llevé yo a aquel lugar, ya que los cubanos allí solo podían ir con invitación. Esta era mi segunda visita a la Tasca. Él tenía mucho interés en conocer el famoso lugar. Todo el mundo en La Habana hablaba del famoso lugar.
La primera vez que yo visité la Tasca fué con unos amiguetes españoles que estaban de paso por la isla en plan de trabajo y habíamos sido invitados "ya que allí no había jineteras". La información oficiosa era que las muchachas que allí estaban era porque el régimen castrista las premiaba por su buen hacer o comportamiento en el trabajo. Las obsequiaba con un pase gratuito y unas consumiciones que luego vendían a un precio más bajo que los oficiales a los extranjeros que allí llegábamos. Esto sí lo pude comprobar.
Lo cierto es que nunca me preocupe en saber más acerca de cómo funcionaba todo aquel entramado oficial, semioficial o gansteril del lugar. Música a todo volumen, corros de muchachas por un lado y por otro, peleas entre ellas por la venta de sus consumiciones, lideresas de cada uno de los corros... en fin una cosa muy extraña.
Lo cierto es que a Fredy le llevé yo a aquel lugar, ya que los cubanos allí solo podían ir con invitación. Esta era mi segunda visita a la Tasca. Él tenía mucho interés en conocer el famoso lugar. Todo el mundo en La Habana hablaba del famoso lugar.
La primera vez que yo visité la Tasca fué con unos amiguetes españoles que estaban de paso por la isla en plan de trabajo y habíamos sido invitados "ya que allí no había jineteras". La información oficiosa era que las muchachas que allí estaban era porque el régimen castrista las premiaba por su buen hacer o comportamiento en el trabajo. Las obsequiaba con un pase gratuito y unas consumiciones que luego vendían a un precio más bajo que los oficiales a los extranjeros que allí llegábamos. Esto sí lo pude comprobar.
Lo cierto es que nunca me preocupe en saber más acerca de cómo funcionaba todo aquel entramado oficial, semioficial o gansteril del lugar. Música a todo volumen, corros de muchachas por un lado y por otro, peleas entre ellas por la venta de sus consumiciones, lideresas de cada uno de los corros... en fin una cosa muy extraña.
Hoy pasados muchos años de aquella época yo apostaría que era una especie de escuela de jineteras apoyadas por el aparato del estado. Cosa rara de todas formas porque aquella era la época en la que las jineteras no cobraban a los clientes, les sugerían algún regalito para su casa si lo consideraban oportuno.
Ya nunca más volví por la Tasca y pasado un tiempo me enteré de que había cerrado por motivos no muy claros. Se rumoreaba que allí aparte de muchachas podías conseguir otras muchas cosas, fuera de la ley, de las que suelen acompañar a las muchachas.
(*) Esta era la Tasca que estaba en el recinto de la Marina Hemingway, lo aclaro porque en la actualidad creo que hay otras Tascas más, lo que no se es si son anteriores o posteriores a esta.
Ya nunca más volví por la Tasca y pasado un tiempo me enteré de que había cerrado por motivos no muy claros. Se rumoreaba que allí aparte de muchachas podías conseguir otras muchas cosas, fuera de la ley, de las que suelen acompañar a las muchachas.
(*) Esta era la Tasca que estaba en el recinto de la Marina Hemingway, lo aclaro porque en la actualidad creo que hay otras Tascas más, lo que no se es si son anteriores o posteriores a esta.
continuará....
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