Confesiones de una hija de la Revolución de Fidel Castro

Me lo contaba sin despecho, sin rencor, eso sí, mirando a los lados por si la pudiera oír alguien de la "seguridad"...

Paseando plácidamente a la orilla del mar a primera hora de la mañana.

Recuerdo cuando era pequeñita que estábamos en la escuela y sonaba la alarma anti atómica y teníamos que salir corriendo para meternos en el refugio anti-atómico. Y allí permanecíamos un tiempo recibiendo consejos y consignas hasta que volvía a sonar la alarma avisando de que el peligro había pasado. Eran simulacros para tener educada a la población ya desde pequeños. Pero estos simulacros se hacían también en empresas, en hospitales, en cuadras completas, para toda la población... Lo recuerdo como si fuera ayer. De estos refugios quedan muchos aún en la isla.
Bunkers que comunicaban los túneles que rodeaban, a la orilla del mar, la parte norte de la isla de Cuba. Construidos en la misma época de los refugios anti atómicos.  Por ese lado de la isla se suponía que llegaría la invasión del enemigo

Esto me lo comentaba Dayesi mi amiga, dando un paseo a la orilla del mar cuando le pregunté por aquellos grandes bloques de hormigón circulares, semicirculares o cuadrados que ya el mar solito, sin invasión enemiga se había encargado de triturar. 
Son restos de un inmenso túnel que rodeaba gran parte del de la isla. Es por donde se suponía que iba a desembarcar "el enemigo".  
Estos túneles de hormigón se comunicaban a determinada distancia con bunkers como el de la imagen, que aún permanecía en El Salado.
Dayesi en sus tiempos jóvenes había sido militante de las juventudes del Partido Comunista de La Habana. Había sido partícipe de todos los saraos, mítines, fiestas, manifestaciones y reuniones antiimperialistas del castrismo. Era fácil y obligado ir a favor de corriente: "El Barbas" había conseguido dar de comer a todos los cubanos sin apenas trabajar y eso tiene su mérito no hay que quitárselo. Cuba abría la boca y la URSS se la llenaba de pan. Los misiles que apuntaban a USA a tan corta distancia tenían su valor y Fidel lo sabía y lo capitalizaba. En esa época no había jineteras ni jineteros.
Pero, amigo mío, la URSS se acabó y el pan comenzó a escasear y El Barbas dejó de ser Jesucristo, haciendo milagros,  para pasar a ser un humano cualquiera y para muchos cubanos un Judas. Y desde entonces viene creciendo la prostitución, el hambre, los cortes de luz, la escasez de todo tipo de alimentos, etc, etc, etc.
Yo, me comentaba Dayesi, conseguí mi titulación en enfermería y mi trabajo en un hospital grande pero no disponemos del material suficiente para desempeñar nuestro trabajo. El salario es una miseria y las posibilidades de que que esto cambien son nulas.
Me siento defraudada por la revolución.
Me siento engañada por la revolución.
Me duele muy dentro de mi toda esta situación.
Hoy  Dayesi, como tantos otros cubanos, está viviendo feliz en el país del enemigo. Aquel país al que tanto odiaba de pequeña -el país de los malos, de la cocacola, de las hamburguesas, el pollo frito y las palomitas de maíz. Odio debido a la información que le daba por todos los medios el único partido -el PC de Cuba- y el mando único de la isla, Fidel.
Otras personas buscaron caminos más fáciles (https://cuba-periodo-especial.blogspot.com/2020/04/nulbis-y-sus-13-novios.html)





continuará...



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