Ruedas de bicicletas, cacerolas y sartenes convertidas en antenas parabólicas
De todos es bien sabido que la tv de Cuba es un solo canal. En vida de Fidel era la tv de Fidel salvo a la hora de las novelas de la tarde. A estas horas era cuando la mayor parte de cubanos y sobre todo cubanas lo dejaban todo y se ponían frente al televisor a ver las novelas más que nada para tener algo de que hablar con vecinos y amistades. Un amigo que trabajaba en la compañía telefónica me comentaba que a esa hora el consumo telefónico en la isla se disparaba. Gente que no tenía televisor y no podía acudir a casa de la vecina escuchaban la novela por teléfono, pero no se la perdían por nada del mundo. Pero en esta época -últimos años del siglo pasado- también sucedió algo de lo que ya nadie habla porque la tecnología ha cambiado y también porque el gobierno de la isla actuó: las ruedas de bicicletas y las bandejas de la comida y viejas cacerolas metálicas o de aluminio se convertían gracias a la tecnología cubana en antenas parabólicas. No había una sola casa en La Habana que no