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Cambio del nombre del cóctel más famoso desde los años 40 del siglo pasado, adelanto que no se trata del "molotov", … Palmiche tenía una pose muy suya. Cuando alguien o algo le sorprendía mucho o le agradaba lo que oía,  abría la boca de tal forma que hasta que no aterrizaban en la misma alguna mosca, mosquito o artilugio volador no se daba cuenta de que la situación le había dejado hipnotizado. Esto le sucedió por ejemplo el día de la recepción en la casa palacio del embajador de España en La Habana de un grupo de empresarios españoles con negocios en Cuba, acto al que había sido invitado.  Allí se presentó Palmiche con su novia Palmichova. Tras las presentaciones de rigor llegó el momento de los paseos en grupos por los jardines de la casa del embajador agasajados con abundantes viandas y bebidas. En aquellos momentos de  relax fue cuando su novia Palmichova le contó a los empresarios españoles de su grupito como se había producido el cambio de nombre al cóctel más famoso d

Ellos lo llaman vino Palmiche en sus muchos viajes a Cuba, allá por la década de los noventa del pasado siglo XX, -hoy tercera década del XXI sigue todo igual o peor- siempre frecuentó los mejores restaurantes de la Isla Grande del Caribe y siempre encontraba vinos de España principalmente. También sus muchas novias le llevaron a vivir a muy diferentes lugares, unos acomodados, otros pobres, otros miserables y otros normales. Pero curiosamente sus amigos cubanos -él hacía amigos por donde pasaba- siempre le hablaron del vino que se hacía en la isla con muy diversos frutos tropicales y también -los menos- de uvas. Lo cierto es que no tuvo ocasión de probarlos, solo fiarse de la palabra de sus amigos que afirmaban que estaban muy buenos. Si los hubiera probado seguiría diciendo que eran buenos porque le gustaba quedar bien hasta con el mismo demonio. Conociendo la cultura culinaria de los isleños y sus costumbres relacionadas con la bebida dudo mucho que a esos inventitos se l