Ideas para aliviar el calor del verano de La Habana...

Carlos, amigo de Palmiche desde el mismo día en que le bautizó como Palmiche en el viaje de Varadero a La Habana, tenía un listín telefónico de bolsillo lleno de contactos de muchachas para guarachar. Carlos era uno de esos tipos cubanos que abusando de su cargo importante en la empresa más grande de Cuba -como quien no quiere la cosa- tenía su listín telefónico repleto de contactos de buenas mozas cubanas. Entrabas con él a cualquier restaurante bueno o muy bueno de Cuba y le hacían tantos honores o más que al mismísimo “Barbas”. Con él podías abrir la "libretica", así llamaba él a su listín telefónico manual de bolsillo, por la página que se te ocurriera, al azar y tener plan seguro. Nunca ibas a quedar mal, aunque necesitases sabia nueva a diario durante varios años. Y no es una exageración. Carlos seleccionaba sus contactos a diario en fiestas de la empresa, en exposiciones, en favores, dando botella con su "carrito" de empresa, siempre nuevo y siempre con gasol...